VICTOR

 Me estaba acordando de una guapo francés que conocí en Canadá.


Lo vi y él ya estaba viéndome, sentí su mirada seguido de ese cosquilleo en el estómago.
Cruzamos miradas en el salón de clase él de un extremo del salón y yo del otro. Fue tan bonito, como en las películas. Cruzamos miradas... le guste y me gustó, nos gustamos. Un francés y yo.

Y claro un poco de drama tenía que haber, él era el crush de mi amiga brasileña desde semanas antes. Tuve que respetar unos días, después no pude más, ella regresó a Brasil y él ya me buscaba.

Me llevó a la que hasta ahora es la mejor cita de mi vida y se lo agradezco tanto.

Esos bellos ojos azules, esa gentileza y caballerosidad, que suerte la mía. Una cara muy bonita y un acento encantador. Todo un encanto.
Lamento no haberle correspondido como él merecía. Fui inmadura y estaba muy sorprendida.
Victor fue directo desde un principio y en ningún momento quiso perder el tiempo. Serio y seguro me dijo lo que pensaba de mi. Me pareció tan increíble que le gustara, que de verdad le gustara. Y aun más que le diera tanta importancia y seriedad a lo que todavía no teníamos. Según yo, lo que todavía no teníamos.

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