2020

 Aun con la pandemia fue el año más creativo, el año en que más logros tuve pues tuve muchísima oportunidades. Dios me concedió muchas cosas que yo imaginaba y otras que ni si quiera pasaron por mi cabeza.


Y después de tanto, mucha actividad, emoción, estrés, empezó la calma. Pero no fue instantáneo fue gradual. Terminó el 2020 y siguió el 2021, empecé a hacer menos, no había tantas oportunidades. Yo estaba quedando satisfecha. Y así como todo se iba relajando, puertas se fueron cerrando. Y me quedé fuera de mucho. También hubo cosas que ya no me interesaba buscar.

Créeme, quise volver a intentar, busqué y busqué. Yo me creé oportunidades que no resultaron tan exitosas. Yo quería volver al ritmo que viví desde el 2020. No lo logré.

Ahora me doy cuenta del trabajo de Dios en mi vida. Me dio y tal vez no lo supe administrar. O solo me dio una probadita o Él sabía que todo eso no me llevaba a Él, no me estaba acercando tanto a él como él lo quiere, Dios nos ama con recelo.

Y él mismo me llevó a un punto en que yo me quedara absolutamente quieta dependiente de él a solas con él. Dios me quería de vuelta y me llevó de vuelta. Apenas voy captando su intención, mi necesidad.

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