Miércoles

Le había contado a Dios con lágrimas que lo extraño.
Le dije a Dios cuanto quería estar a su lado.

Le platiqué a Dios que pensaba que me hacía falta conversar él. Solo conversar.
-Dios lo extraño.

También le dije de mis inquietudes. Por días le dije "Dios lléname de ti para que no haya lugar para la desesperanza, para la tristeza. Para que no se abra ningún vacío en mi".
Un día sentí mucha mucha desesperación, llegué a molestarme por la incertidumbre. Hice una lista de preguntas para intentar a placar mi sentir. Y le pedí a Dios que me diera las respuestas, que si no debía yo preguntarle directamente, que Él me diera las respuestas.

El miércoles 17, él no iba a estar ahí, yo estaba segura de que no estaría ahí. Llegó a la iglesia a servir. Cuando creí que era Byron con el que iba a compartir espacio, fue él a estar a mi lado. La oración es mi servicio favorito en la iglesia. Yo estuve ahí para servir y pedir a Dios por consuelo y amor. 

    El pastor habló de orar fervientemente, constantemente sin perder la fe. Que nos corresponde orar y pedirle a Dios pues Él lo hará. Orar y confiar en que Dios tiene el poder; porque lo que el hombre no puede hacer Dios lo hace sin problema. El pastor dijo "repitan Dios sorpréndeme", lo repetí con amor. También declaró que habría respuestas de parte de Dios, yo como cada miércoles confié humildemente y con fe en que Dios me daría esas respuestas.
La diferencia entre este miércoles y los anteriores es que este miércoles yo estaba distraída con mis nervios (no me sabía una canción) y realmente, no me sentía tan esperanzada como los miércoles anteriores, fui con la intención de servir y llenarme del amor de Dios para que mis esperanzas se fortalecieran. Aun que, ahora que lo escribo, este miércoles buscaba consuelo mucho consuelo.

Lloré todo el servicio y él estabas a un lado. Y Dios me tenía rodeada en sus brazos. 
Terminamos el servicio y lo único que yo quería era un abrazo, buscaba a Sasha y no la vi (me nublé y no pude pensar bien) me fui al fondo a sentarme mientras buscaba con la mirada a quién abrazar  :(.
Llegó Minoru a saludar, la abracé, me preguntó "cómo estás" y respondí "masomenos" y le extendí mis brazos. Me abrazó y se puso a orar por mi. 

Me despedí y fui al carro. Me senté a responder los muchos mensajes que quería contestar. Me quedé un rato sentada tomando aliento. 
Él llegó a tocar la ventana del copiloto, la bajé y me preguntaste "¿todo bien?" te dije que no todo. Empezamos a platicar hasta que solo quedábamos 3 carros en el estacionamiento. Sin esperar nada le pregunté si quería ir a platicar a otro lado. No me rechazó y fuimos a un lugar.

Platicamos lo suficiente de nuestras vidas. Nada más. 
En la conversación me di cuenta de que le estuve haciendo algunas preguntas de la lista que hice antes; obtuve respuestas importantes. Saber cómo estaba, qué sentía, qué hacia. Creo que fue suficiente.
Estaba muy agradecida por el tiempo. Coincidió que él fue el primero al que le conté todo lo que cargo sobre la situación de mi papá, me desahogué con él sin haberlo planeado, quería platicárselo a alguien ese día. 

Aún quedan preguntas pendientes de las cuales le pido a Dios con llanto que me ayude a responder. No quiero ser imprudente, no quiero interferir. 

Nos estábamos despidiendo de lejos, no esperaba nada. Y cuando yo decidía subirme al carro y no ser imprudente con mis actos, él me detuvo con una voz específica (como tímido pero atreviéndose) "espera". Me extendió su brazo y nos abrazamos. Yo no esperaba un abrazo. 
Fue un abrazo largo, pues mientras me abrazaba empezó a platicar. Seguimos conversando. Le dije por qué estuve intentando dejar de orar por él. 
Y que Dios siempre me hacía orar por él; también le dije que después de ese rato entendí que está bien que yo siga orando y me dije que de ahora en adelante no lo dejaré de hacer sin importar las circunstancias en las que yo esté. 

Fue un abrazo largo, yo no esperaba un abrazo largo. 

¿Será que Dios hizo algo? o todo...

Antes de soltarme me dijo que estaría orando por mi papá, casi me pongo a llorar. 
Nos volteamos a ver y me preguntó "por qué tu carita triste" le dije "cada que alguien me dice que va a orar por mi papá me conmueve". Evité una lágrima y me volvió a abrazar. Otro abrazo.

Yo no esperaba otro abrazo. Tuve dos abrazos. 

Me dijo "sabes que no estás sola" y sí, lo sé pero no sé a quiénes se refería. Yo en mi mente pensé en Dios y en las personas de la iglesia, no lo incluí a él pues creí que eso no era buena idea ...

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